Cleopatra se pintaba los ojos imitando las líneas curvas oscuras naturales de los ojos de su gata, seducida ella misma por la fascinación de la mirada felina.
La lista de afinidad entre una mujer y el gato es amplia, como comunicarse sin palabras con largos silencios y profundas miradas aquello que siente su corazón, los gatos son susceptibles y, como las mujeres les gusta ser cortejados con graduales y delicadas aproximaciones, cada gato es único en su carácter y no hay otro igual de carácterísticas idénticas, tienen una multiforme personalidad, una clara y explícita, otra misteriosa, inaccesible, voluble.
Todo gato, igual que la mujer puede pasar de la más exquisita amabilidad y gentileza a la más feroz crueldad y agresividad.
Es probable que por todas estas afinidades y otras, que exista una mayor amistad entre el gato y las mujeres, aunque hay excepciones a la regla, existen mujeres que no le gustan, como hombres que tienen buena relación con ellos, pero muchas veces, en el momento de acoger un gato en la familia es la alianza de la mujer con los niños que vence la sospechosa resistencia del marido, aterrado por tener que enfrentarse en la casa con otro universo.... femenino.
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